Medianoche en el cuarto de al lado,
y en el mío ya no sé qué hora es.
Miré con temor, con los ojos cerrados
que mortajas negras taparon mi corazón.
¿Te acordás mi viejo? ¡Qué tiempos aquellos!
Aquellos tiempos que el presente se comió.
Milonga rockera, bailantera, perversa.
El dos por cuatro de la parca que bailando te atrapa.
Damas y caballeros, aquí me encuentro otra vez,
en la cima de mis fracasos porque el tiempo ya se fue.
Quiero vestirme de Elvis otra vez
y romper relojes contra la pared.
Un solo tic-tac para que el reloj se detenga,
y las agujas ya no tengan fuerzas
para marcar más que la pura verdad.
No existe despertador
que te despierte de esta realidad
y te desarraigue una vez más del camino de tu acá.
Removiendo el balero, marche preso a este infierno.
Desfigurado en un espejo que refleja tu verdad.
Lo que suma son restas, tropezando en la lleca
marqué los pasos de esta vida que ahora termina.
Damas y caballeros, aquí me encuentro otra vez (...)
Letra: Maximiliano I.H. Delmás