Letra de La fin, Enrique Bunbury**



Hace tres años y un día llegaba a Norteña,
era sólo uno más entre los extraños.
Hoy diríais que he envejecido al menos diez años.

Me dediqué por un tiempo a cantar en el puerto
canciones que había aprendido aquí mismo,
unas pocas hablaban del cielo y muchas del abismo.

La conocí una mañana tras una guitarra
y brotó de sus labios aquella tonada
como si fuera una maldición ya no pude olvidarla.

Y podría volver,
y podría decir que las cosas van bien allá por Norteña,
y omitir que allí
una extraña mujer me enseñó que no hay bien que por mal no venga.

Y aunque yo preguntaba ella siempre callaba
o decía "no quieras saber de mi vida, no me hagas hablar,
que si bebo es para olvidar".

Desde ese día aquella melodía se aferra a mi alma,
arrancarla resulta imposible,
pues resuena con la perfección de un recuerdo terrible.

Y hoy cuando intento escribir nuevos versos
de frente me encuentro tan sólo con desilusiones,
y ahora sé con certeza que no escribiré más canciones.

Y podría volver,
y podría decir que las cosas van bien allá por Norteña,
y omitir que allí
una extraña mujer me enseñó que no hay bien que por mal no venga.

Y aunque yo preguntaba ella siempre callaba
o decía "no quieras saber de mi vida, no me hagas hablar,
que si bebo es para olvidar".

Y aunque yo preguntaba ella siempre callaba
o decía "no quieras saber de mi vida, no me hagas hablar,
que si vivo es para olvidar".

Mas letras de Enrique Bunbury**: