COMPA?ERA MÍA
Compañera mía, santa mujercita
siempre bondadosa,
en mis horas tristes y en mi alegrías
fuiste cariñosa.
Quiero que reacciones del horrible mal
que hoy tanto te agobia,
y vuelva a sonreír
tu carita hermosa.
Estoy atormentado y desesperado
al verte postrada,
se confunde mi alma,
creo enloquecer
con tanta desventura.
Pensando en la ternura
que antes me brindabas,
¡oh! mi fiel amada,
me abruma la inquietud
se poderte perder.
DUO: Tengo el corazón marchito ya
por tu sufrir, cuánta ansiedad,
por mi dolor,
que he perdido la calma,
y con mi oración llena de fe
le pido a Dios en su bondad,
te otorgue el bien;
de un santo despertar.
Pués no quiero que me dejes solo
en este mundo ingrato,
con mi tristeza.
Compañera de mi ´pobre vida
si tú me abandonas,
prefiero morir.