ESP?REME
Espéreme, mi bien, porque me ausento,
que tuyo soy y pronto serás mía;
espéreme, mujer encantadora,
de unirnos los dos.
Son tuyos mis cantos, mis sueños;
suspiros y ensueños nacidos
de mi gran pasión;
y mientras yo luche en la vida
serás la escogida de mi corazón.
Espéreme, vendré por senda buena,
y he traer rosales que en tus manos
florecerán calmando así mi pena;
espéreme hasta el día de unirnos los dos.
Espéreme, que nuestro martirio
se cambie en delirio
de amarnos siempre con pasión;
espera, amante y confiada,
mujer adorada de mi corazón.