Otra vez, como un tonto, mirando la pared. Pasan los años, se me van intentándolos arreglar. Frente al espejo, puedo ver al niño de ayer, un poco más mayor, despistado, sin tanta ilusión.
Siempre que creo tener razón, todos me gritan que no. Menos mal que encontré tres amigos que piensan igual que yo. Con ellos puedo tocar o reír, o viajar en la oscuridad de cualquier noche, de cualquier local.
Como ayer, a viajar a contrarreloj, pa' llegar a otro sitio, a otra ciudad. Sin saber si hicimos mal o hicimos bien, acabar despistado sin saber.
Y esa chica que era mía, ya no está. No coge nunca el teléfono, no ha vuelto a llamar. Se habrá cansado de mis canciones, de mis manías. Me juré mil veces que no la cantaría.
Ya no piensa que soy un tío tan especial, siempre me vio sobre el escenario, se pudo equivocar.
Y nunca creas que me he podido cansar, pero como esta noche tú también estabas solo, pensé que podíamos hablar.