Te escribo en un alarde de sinceridad por la serenidad que el momento me otorga. Hay veces que el tiempo no borra su huella, no estorba, y te hace comprender.
Te cuento en tres minutos de esta inmensidad una realidad que a los dos nos toca. Aquella calle recorrimos, luego nos perdimos, y hoy vuelta a empezar.
Te juro que hay palabras que no encuentro, espero no robarte un sentimiento. Te pido me concedas el momento, porque hoy me sobra el aliento.
Para seguir contando historias emocionantes, o al menos interesantes. Para cubrir el alma de gloria, sentirme grande, con la vida por delante. Un mundo nuevo por descubrir, qué bueno es vivir.
Te escribo en un intento de recuperar esa ingenuidad de la que un niño goza. Propongo quitarme el disfraz, y donde lo dejamos volver a empezar.
Te cuento algún secreto que guardo de atrás, cambiaron mi edad, robaron mis sueños. Pero la vida me guardó un lugar para recuperar aquellos sentimientos.
Perdón si alguna lágrima se escapa, ya sabes es cosa de la nostalgia, y es que hay momentos que no pasan, pero hoy me sobran las ganas.
Para seguir contando historias emocionantes, o al menos interesantes. Para cubrir el alma de gloria, sentirme grande, con la vida por delante. Un mundo nuevo por descubrir, qué bueno es vivir.