Una noche más en la ciudad
de fondo queda el ruido de algún bar
grumete a la deriva en un tapón
de soledad, que quema el aire y más.
Andando en la calle
sin rumbo fijo
entraste en mal lugar
miradas oscuras
cargado el ambiente
te puedes respirar.
Solo dos ojos desde la barra
te incitan a soñar
y siente tu rostro algo parecido
a la brisa en el mar.
Y ves venir un cuerpo de mujer hacia ti
y empieza a brillar la luz de tu corazón
mientras que unos labios
se apoderan lentamente de ti
y una ventana a ninguna parte
se ha comenzado a abrir.