Voy a contar una historia de un héroe que tengo, todos vivimos la euforia, nos queda el recuerdo.
Lo conocí por la tele, muy de madrugada, y la inocencia de un niño que tira trompadas.
La gente le llama Pambe, y él era alegría, y la esperanza de un pueblo que nada tenía. El tricolor en sus piernas, bien fortalecido, y en esos puños de hierro hay algo que es mío.
Ayer calor de la patria, de la gloria al frío.
De todo lo que nos diste, yo nunca me olvido.
Y aunque a los lejos recuerde que grito tu nombre,
cerca de dios San Basilio, y tan lejos del hombre.
Y él peleó, y se creyó, y él soñó, y ganó por eso.
Y lo compró, y lo engañó, y era un niño, y se aprovechó.
Y el peleó, y el ganó, y se animó, se metió en eso. Y él perdió, y lo dejó, ya era grande y no le importó.
Y hoy la vida nos pone contra las cuerdas, si me caigo, seguro pierdo en la cuenta. Nada pudo vencer a su corazón.