Los secretos de mi cama se amontonan en el alma, como granitos de arena que amanecen en montañas. Donde calmo mi deseo, donde guardo mil te quieros.
He pecado en tantas pieles, he probado tantas suertes. Me he enamorado de la luna mil veces o ninguna, he vivido cada sueño como si fuera el primero.
Entre los nombres y las dudas, me quedo con los besos, aquí sentado frente a mí.
Maldita soledad, que me ahoga en el silencio de mis lágrimas, quien me llena el vacío que hay dentro de mí, que me quema hasta morir.
Maldita soledad, que me arrastra con sus manos en la oscuridad, navegando un velero sin rumbo en esta inmensidad. Maldita soledad.
Los susurros de mi almohada, los recuerdos que me arañan, entre risas y caricias, y pasiones desmedidas. No me rendiré ni calmaré mi sed con miedo.
Camino entre aguaceros, persiguiendo ilusiones para ser felíz. Deshojando las flores que un día llenaron mi jardín.
Maldita soledad, que me ahoga en el silencio de mis lágrimas, quién me llena el vacío que hay dentro de mí, que me quema hasta morir.
Maldita soledad, que me arrastra con sus manos en la oscuridad, navegando un velero sin rumbo en esta inmensidad. Maldita soledad.