Sin duda, yo no era el tipo de tus sueños, yo no era nada en tu vida ni en tus pensamientos.
Cuando yo iba, tú venías, ay que ver dónde me meto.
Si te miraba, me pillabas, me dejabas deshecho.
Pero un día todo cambió, te besé sin más y ahora soy el rey.
De tu boca, de tus ojos, de tus manos, ahora soy el rey. De tus lágrimas y risas, no lo dudes, ahora soy el rey.
De las decisiones, de tu corazón, ahora soy el rey.
De día, de noche, en tu casa o en mi coche, yo ahora soy el rey.
Sin duda, yo no cabía en tus ideas, tan sólo era el intruso de tu piel morena.
Si tú bailabas, yo bailaba, aunque poco me quisieras. No me rendía y te seguía allí donde tú fueras.
Pero un día todo cambió, te besé sin más, y ahora soy el rey.
De tu boca, de tus ojos, de tus manos, ahora soy el rey. De tus lágrimas y risas, no lo dudes, ahora soy el rey.
De las decisiones, de tu corazón, ahora soy el rey.
De día, de noche, en tu casa o en mi coche, yo ahora soy el rey.