Dime dónde vas, pobre diablo. Dime si es que te han desheredado, pues sí, menudos cabrones. Soy caballo sin establo, oye, me han echado del infierno. Dicen que es que me falta un pecado. Yo quise quedarme dentro, prometí estarme callado,
pero ni con mi silencio, ni siendo yo muy diablo.
Demonios, son mis temores, demonio es tanto llanto.
Demonios, en el mar de dudas, donde se asusta el espanto.
Que el diablo es el olvido, porque el olvido es chinarse las venas. Perder la primavera, buscar lo perdido. Quitarse lo muebles de la cabeza, soñar que despiertas en un barco hundido.
Yo me mantengo con el alma en vela, quitándome las penas soñando contigo. Quemando más leña, echándole más tela. Probando el sabor de tu copa de vino.
Demonio vente al infierno, vente donde yo te tenga al lado. Que el infierno es un oasis, en un desierto de llantos. Que el infierno sólo te quema,
cuando el fuego nunca te ha quemado, y habiendo ardido piensas, ya no te hacen falta mantos. Que yo sólo tengo mi hoguera. Vente que te, vente que te, vente que te estoy esperando.
Demonios son mis temores, demonio es tanto llanto
Demonios, en el mar de dudas, donde se asusta el espanto.
Que el diablo es el olvido, porque el olvido es chinarse las venas, perder la primavera a buscar lo perdido. Quitarse los muebles de la chaveta,
soñar que despiertas en un barco hundido.
Yo me mantengo con el alma en vela, quitándome las penas soñando contigo. Quemando más leña, echándole más tela, probando el sabor de tu copa de vino.
Porque el olvido es chinarse las venas, perder la primavera, buscar lo perdido. Quitarse los muebles de la quijotera, soñar que despiertas en un barco hundido.