El titiritero
De aldea en aldea
el viento lo lleva
siguiendo el sendero,
su patria es el mundo,
como un vagabundo
va el titiritero.
Viene de muy lejos,
cruzando los viejos caminos de piedra.
Es de aquella raza que de plaza en plaza,
nos canta su pena.
¡Allez hop!
¡Titiritero, allez hop!
de feria en feria.
Siempre risueño,
canta sus sueños y sus miserias.
Vacía su alforja
de sueños que forja
en su andar tan largo.
Nos baja una estrella
que borra la huella
de un recuerdo amargo.
Canta su romanza
al son de una danza
híbrida y extraña,
para que el aldeano
le llene la mano
con lo poco que haya.
¡Allez hop!
¡Titiritero, allez hop!
de feria en feria.
Siempre risueño,
canta sus sueños y sus miserias.
Y al caer la noche
en el viejo coche
guardará los chismes,
y tal como vino
sigue su camino solitario y triste.
Y quizá mañana,
por esa ventana
que muestra el sendero
nos llegue su queja
mientras que se aleja
el titiritero.