Al cantar, me suelo olvidar de todos los malos momentos, convertir en virtud defectos. Desterrar la vulgaridad aunque sólo sea un momento, y sentir que no estamos muertos.
No es placer, es necesidad. Es viento, es lluvia y es fuego, derramar todos mis secretos.
Y busqué en el fondo del mar, en las montañas y en el cielo la manera de hacer realidad mis sueños.
Encontré en el corazón el mapa de los sentimientos.
Ya lo ves, no estaba tan lejos.
No es placer, es necesidad. Es viento, es lluvia y es fuego, derramar todos mis secretos.
Esnifar los rayos del sol, y descongelar el cerebro, y sentir que no estamos muertos.