Tal vez sería mejor que no volvieras, quizás fuera mejor que me olvidaras. Volver es empezar a atormentarnos, a querernos para odiarnos, sin principio ni final.
Nos hemos hecho tanto, tanto daño, que amor entre nosotros es martirio. Jamás quiso llegar el desengaño, ni el olvido ni el delirio, seguiremos siempre igual.
Cariño como el nuestro, es un castigo que se lleva en el alma hasta la muerte. Mi suerte necesita de tu suerte, y tú me necesitas mucho más.
Por eso no habrá nunca despedida, ni paz alguna habrá de consolarnos. El paso del dolor ha de encontrarnos de rodillas en la vida, frente a frente y nada más.