Por debajo de la mesa
acaricio tu rodilla
y bebo, sorbo a sorbo
tu mirada angelical
y respiro de tu boca
esa flor de maravilla
esa alondra sin deseos
cantan, vuelan, vienen, van...
Y me muero por llevarte
al rincón de mi guarida
donde con un beso
combatiste una ilusión
se nos va acabando el trago
sin saber que es lo que hago
si te dejo, sin instintos
o jamás... te dejó ir...
Y es que no sabes
lo que tu me haces sentir...
si pudiera un segundo
estar en ti
beberia de tu sangre
y viviría en ti
y yo abrazado ati.