Era una fría noche de Abril.
El cielo se cubrió de sombras,
la lluvia hacía el amor acariciando Madrid
y el Verbo se hizo carne y habitó en Chamberí.
De su profundo sueño despertó
"tumbao" en un banco en medio de la plaza
envuelto entre sábanas de frío y cartón
a flor de piel su rabia y en su mirada la razón.
"Escuchad mi palabra
un mandamiento nuevo os doy:
derribad las naciones,
con tolerancia y a golpes de amor".
Mi reino no es de este mundo
y en mi patria no se pone el sol
donde la paz aborta nacen sus fronteras
mi ejército el instinto y por juez el corazón
Mi política es la libertad,
y soy el rey de los oprimidos
por cada preso de conciencia que encarceláis
el miedo y la ignorancia a vuestra piel encadenáis
"Escuchad mi palabra
un mandamiento nuevo os doy:
derribad las naciones,
con tolerancia y a golpes de amor".
En un callejón
Sara vende su amor
alquila SIDA hasta las dos
rogando a Dios que calme su dolor
Huid del sexo -dice un predicador-
porque es maligno y fuente de pecado,
os dejo un mandamiento nuevo: haced el amor,
y no pongáis al campo puertas que no he puesto yo.
Como discípulos a doce eligió:
dos prostitutas, cinco ex-presidiarios,
dos inmigrantes negros y un poeta de Rock,
a Pedro el vagabundo y a un toxicómano menor
"Escuchad mi palabra
un mandamiento nuevo os doy:
derribad las naciones,
con tolerancia y a golpes de amor".