Quiero ser tu piel en el invierno
para que el frío en ti no pueda entrar.
Quiero ser la luz en tu camino,
sol en la noche, agua dulce en el mar,
ser la puerta que nunca deje pasar
al largo silencio y a la soledad.
Ser distintos cuerpos con un mismo fin,
ser, cariño mío, ser yo en ti.
Y si he de romper cadenas que me aten
a la costumbre, yo las partiré,
y si he de mover montañas que en mi mente
no me dejen verte, mi amor, las moveré.
Pongo por testigo a Dios que no te fallaré,
yo seré consejo, nena, pero no tu juez.
El tiempo me enseñó que el alimento del amor
es la confianza, el respeto y un colchón.