Nací en un barrio barato,
fui vecino de una panadería,
mi mejor juguete era un gato,
su maullido me inspiró melodías.
Crecí en la 33,
y había de todo un poco,
hombres que morían estrés,
viudas, travestis, locos.
Era un mundo gris,
el color lo pintaban tus ganas de vivir.
Mas era feliz,
los sueños lo ocultaban mas allá de la nariz.
Quería ser bombero de la Compañía 26.
Un día conocí la escuela
por falta de entusiasmo
conoci mis primeras penas,
y porte las orejas de asno.
Pero aprendí a leer
y con esto aumentaron mis ganas de saber.
conocí a Borges, a Márquez y también al señor Gibrán
y un matutino me contó que existía Vietnam.
Desde la calle 33, desde la calle 33
allí donde no existía ley,
nacen historias sin rumbo
de lo simple a lo profundo.
Desde la calle 33, desde la calle 33
allí donde no existía ley,
una guitarra fue mi norte
y señaló mi rumbo.
Probé mi primer cerveza
y a los doce mi primer cigarro,
me hice hombre con una princesa
en la parte posterior de un carro.
Mientras las drogas
eran para mis amigos la nueva travesura
yo volando en mi alcoba
atrapando musas en mis partituras
encontré el camino que hoy me trajo hasta aquí.
Desde la calle 33...