Diseñas escaparates para apresar allí
la libertad de esa niña que mas bien ya es toda una mujer
cierras puertas y ventanas,
una fuga crees evitar,
no ves que por los cristales que dan a la calle
ella ve al tiempo pasar.
Desnuda mira su cuerpo y ve que la infancia ha pasado ya...
Seguro que ya olvidaste hace mucho tiempo ya,
que en tu pecho había un fuego
que era el fuego de la juventud
y ahora no eres más que hielo
enfriando ese vástago de mujer...
Suéltale la rienda a esa muchacha
que ella quiere vivir,
ella quiere volar,
ella quiere reir,
ella quiere vivir...
Suéltale la rienda a esa muchacha
que ella quiere tener,
una mano amiga,
una boca vecina,
un beso en una esquina...
Y no le arranques más,
y no le robes más,
ese fuego de juventud.
Todos los hombres son malos,
acostumbras a decir,
quiero que sepas mi amigo que
el león juzga por su condición
y que no es justo que ella
pague todo el daño que un día tú hiciste...
Prohibidas las amistades
que la puedan distraer,
no ves que sus dos amigas
son Soledad y Aburrimiento,
lo peor es que ella es tan bella
tiene tanto que ofrecer...
Suéltale la rienda a esa muchacha
que ella quiere vivir,
ella quiere volar,
ella quiere reir,
ella quiere vivir...
Suéltale la rienda a esa muchacha
que ella quiere tener,
una mano amiga,
una boca vecina,
un beso en una esquina...
Y no le arranques más,
y no le robes más,
ese fuego de juventud.