Te busqué en otras mujeres, todas me dieron indicios. Pude entrever los placeres, también adivinar los suplicios. Te busqué mucho más lejos. pero tú te adelantabas, me enseñabas el reflejo de tu risa y escapabas.
Te busqué, te busqué, era tarde y no te encontré.
Pero te busqué, te busqué. Era tarde, te busqué y no te encontré.
Te busqué en las avenidas, en Oriente y Occidente,
tú pasaste inadvertida entre océanos de gente.
Te busqué en Buenos Aires, en los bosques de Palermo. No eran buenos esos aires, y acabé bastante enfermo.
Pero te busqué, te busqué. Era tarde, te busqué y no te encontré. Entonces te busqué, yo te busqué, pero no te encontré.
Te busqué en los laberintos serpenteates del camino, como el argentino errante persiguiendo su destino. Te busqué en la religión, en la danza y en el trance, que coloca la razón más allá de todo alcance.
Yo te busqué, te busqué. Era tarde, te busqué y no te encontré. Entonces te busqué, yo te busqué, pero ya no te encontré.
No tengo la culpa de que tu vida no sea tan funky.
No tengo la culpa de que tu vida no sea tan funky.