Por debajo de la mesa, acaricio tu rodilla, y bebo sorbo a sorbo tu mirada angelical. Y respiro de tu boca esa flor de maravilla, dos alondras del deseo,
cantan, vuelan, vienen, van.
Me muero por llevarte al rincón de mi guarida, en donde escondo un beso con matíz de una ilusión. Se nos va acabando el trago, sin saber qué es lo que hago. Si contengo mis instintos o jamás te dejo ir.
Y es que no sabes lo que tú me haces sentir, si tú pudieras un minuto estar en mí. Tal vez te fundirías en
esta hoguera de mi sangre, y vivirías aquí, y yo abrazado a tí.
Y es que no sabes lo que tú me haces sentir, que no hay momento que yo pueda estar sin tí. Me absorves en espacio, despacio me haces tuyo
con el orgullo en mí y es que no puedo estar sin tí.
Me absorves en espacio, despacio me haces tuyo
con el orgullo en mí, y es que no puedo estar sin tí.