He visto reyes vacilones, tíos,
caerse de sus caballos.
He conocido lindas pricesas
tontas y vírgenes de antemano.
Me he colado en el jardín prohibido
y he comido del pecado.
Me he manchado la voca de vino
y ya contento grito alto y claro:
¡Qué las estrellas no se pueden regalar,
y eso me gusta!
¡Qué con tu risa es más fácil llorar,
sin duda alguna!
Que sobre nubes no se puede edificar y eso me gusta.
Que la lluvia cae guapa y es vital,
llámala que caiga y me folle, y me folle.
He intentao muchas veces, muchas
dejarlo todo claro.
He andao con mucha gente
algunas cutres, otras de mi agrado.
He hablado con un tal dios
que se encontraba en mi vaso.
Me he manchado la boca con él
y ya contento grito alto y claro.
Que las estrellas...