Y me adentré en una ardiente oscuridad.
Y al avanzar, había tanta gente que no pude ver nada más.
Y ahora alcanzo a comprender
la tristeza de saber que hay más estrellas en el firmamento
y verlas pasar,
pasar como el viento.
Como el viento...
Pero qué bien le sienta a la novia su vestido beige.
Si se debe creer una princesa en él.
Como si fuera un error
siempre encuentro a mi alrededor
cosas que amenazan al final del día
con volver,
volver como el viento.
Como el viento...
Y dicen que el buen Miguel es ahora feliz en su nueva familia. Yo preguntaré: -Feliz, ¿con respecto a qué?- Sé que puedo encontrar paz y armonía, pero no será en esta vida. No en esta vida.
Reescribiendo mi papel
oí la voz de una mujer diciéndome:
-No puedes seguir siempre siendo
sólo viento-.
Ser sólo viento,
sólo viento...